Poemario al vacío

8.00

Desde que alcanza mi memoria, escribo. Siento en mí el impulso de plasmar a tinta los latidos de mi vida; los vaivenes y sus matices. Especialmente los matices.

Es a través de unos pocos versos materialmente ordenados cómo desnudo la maraña desordenada de sentimientos que he ido experimentando entre puesta y puesta de sol. No son ni mis mejores ni mis peores, pero sí los que no necesitan de ornamentos ni florituras para poder ser entendidos.

Y es que al final, el corazón palpita igual para todos. De ahí que su envasado sea tal y como figura entre las páginas de mis diarios: al vacío.